Lo primero que tienen que saber sobre mi relación con Ori and the Will of the Wisps es que lloré con el principio y con el final. Perdón, lloro por todo. Pero además de eso, la historia de Ori and the Will of the Wisps es una muy satisfactoria y entrañable, y que además va perfecto con el gameplay.
De qué se trata
Ori and the Will of the Wisps es una secuela directa de Ori and the Blind Forest. El juego inicia con el nacimiento de una pequeña búho de nombre Ku en la familia de Ori, el espíritu del bosque que conocimos en el juego anterior.
Ku y Ori se pierden en un bosque distinto al suyo llamado Nibel, uno que está ocupado por una entidad oscura (la decadencia) y para escapar de él, debes, primero reunirte con Ku y después liberar al bosque.
Así es que, mientras haces eso, conoces la historia de la entidad oscura, y cómo es que acabo convirtiéndose en eso. También conoces a varios habitantes del bosque que te ayudarán en tu viaje.
Por ejemplo, Lupo que te vende mapas de las distintas zonas, Opher que tiene distintos ataques y habilidades para Ori, Twillen que vende fragmentos espirituales para modificar un poco tu estilo de juego. De igual forma, hay personajes que te ayudarán a abrir zonas nuevas o te compartirán un poco más de la historia de Nibel.
Cómo se juega
Tal como el anterior, éste es un metroidvania, en el que tienes que explorar y pelear. Ori cuenta con diversas habilidades que irás desbloqueando poco a poco para poder llegar a zonas nuevas. Por ejemplo, al principio ni siquiera tendrás el doble salto, pero lo conseguirás y podrás ejecutar ese emblemático impulso que lanzará a Ori por el aire.
Como se podrán imaginar, con tantas habilidades, el platforming es algo importante en la exploración de cada zona. Así, mientras avanzas, se irá poniendo cada vez más complejo y tendrás que hacer muchas acrobacias en el aire combinando dichos movimientos. Por ejemplo, tendrás que usar agarre para saltar después de enterrarte en la arena y finalizar con un impulso. Todo esto se complica mucho ya para el final, y de hecho hay enemigos de los que tienes que huir a toda velocidad mientras usas diferentes habilidades.
El combate es un poco más sencillo. Sólo tienes tu espada y un combo base, pero puede ser bastante complejo si así lo deseas. De hecho, hay algunos fragmentos espirituales que harán que los enemigos sean más fuertes, o que se regeneren más rápido. También hay algunas habilidades que pueden serte muy útiles para el combate, como la flecha.
Sin embargo, el reto real es el platforming.
Cada una de las zonas tiene su propio tema. Por ejemplo hay una zona pantanosa llena de agua y una desértica, en donde hay arena por todos lados. Además de encontrar las habilidades para avanzar por ellas, habrá que resolver algunos puzzles sencillos.
Casi todas estas áreas tienen un boss o miniboss al final, que es una de mis partes favoritas del juego. No porque el combate sea muy complejo como les decía, pero porque tendrás que usar tus habilidades de platforming para vencerlos. Increíble.
Carreras
Tambie´n hay carreras en Ori and the Will of the Wisps. En cada zona hay un pedestal que tienes que activar para acceder a la carrera. Comenzará un contador y deberás llegar lo más rápido posible al otro pedestal.
Tu calificación se subirá al internet y podrás compararla con otras personas y tus amigos.
Santuarios de combate
Algo del combate más complicado en Ori, más allá de los jefes, lo encontrarás en los santuarios de combate. Los cuáles no son más que una zona en donde pelearás con diferentes enemigos de manera continua. Se ponen difíciles desde el principio, pero te darán buenas recompensas. Ah y encontrarlos también será un reto.
Cómo se ve
Ori es hermoso. Cada ambiente está muy detallado, y sentirás sin duda el cambio entre cada zona. Sobre todo los efectos de iluminación le dan a Ori and the Will of the Wisps un sabor único. El bosque de Nibel es un lugar precioso que explorar, con recovecos ocultos y lugares bellos a cada paso. No por nada me la pasé haciendo screenshots.
Lo que más me gusta es que parece inspirado en un cuento ilustrado, es muy imaginativo y poderoso. Es sobre todo muy bello ver como la luz del mismo Ori afecta cada uno de los ambientes, y como cada una de las plantas, árboles, creaturas de Nibel “respiran” y parecen realmente vivos.
La música
No sólo el diseño ayuda a distinguir cada zona, sino también la música. La música es increíblemente épica, tan épica como la de una película de fantasía, como el Señor de los Anillos. Y la música de los jefes, uff. Te sientes en un combate majestuoso, donde los resultados cambiarán el destino del mundo, y de hecho lo harán para Nibel.
Florestas del Manantial
Una área bellísima de Ori y que va cambiando conforme avanzas en el juego son las Florestas del Manantial. Acá se mudarán algunos habitantes de Nibel conforme los encuentres. Por ejemplo, hay un herrero que se llama Grom que irá arreglando el lugar si le traes unas piedras escondidas en todo el mapa. Así, podrás construir casitas para los moki (unos lémures habitantes de Nibel), lianas y otras cosas para que tu llegues más alto y encuentres los secretos de la zona. También está Tuley, un jardinero que plantará árboles nuevos si encuentras las semillas. Éstos te darán cosas especiales o abrirán caminos, o simplemente se verán muy bonitos.
Es genial, ver como la zona va mejorando gracias a ti. Te sientes recompensando de tu viaje por Nibel. Y es por esto que digo que el gameplay es perfecto para la historia de Ori. La historia del juego si bien empieza siendo un rescate, en realidad se trata de la evolución y el crecimiento de Ori.
No quiero darles muchos spóilers porque creo que tienen que experimentarlo ustedes mismos, pero ¿qué mejor tipo de gameplay que un metroidvania para demostrar el crecimiento de un personaje? Cada habilidad hace a Ori mejor y le permite explorar a su gusto, hacer backtracking para encontrar secretos ocultos será cada vez más sencillo, ejemplificando el desarrollo del personaje.
Así, cuando llegas al final y te enfrentas a Shriek, después de conocer su historia y la de Ori, el resultado es fantástico, triste y emocionante.
Al final…
Entonces, sí, en verdad tienen que jugar Ori and the Will of the Wisps. Ver al pequeño Ori recorrer este mundo, y luchar con todo para salvar a Ku, me hizo increíblemente feliz.
Aprovechen que está en Gamepass. Sin duda será uno de mis juegos favoritos del año.
Como nota…
El juego corre HORRIBLE. Ho-rri-ble. Se le caen los frames a cada rato, tanto que la pantalla se congela, también se me crasheó en más de un par de ocasiones, ¡y en momentos clave!
Usualmente cuando hay muchos enemigos en pantalla, el juego sufre y empieza a correr muy mal, pero también puede ocurrir en cualquier momento, aún si no está pasando nada particularmente complejo en la pantalla.
Además, el mapa carga súper lento, el fast travel es lentíiiiismo, y algunas otras cosas de rendimiento.
Imagino que esto pasa porque el mundo está muy lleno de cosas, y porque todo a tu alrededor siempre se está moviendo y como que respira, pero aún así, diablos, necesita un parche YA. Lo bueno es que parece que ya esta semana sale uno con actualizaciones para justo estos problemas. Esperemos que sí.
Yo jugué en Xbox One original.