Tales of Arise está resultando ser de los JRPGs más interesantes de este año, después de Bravely Default 2. Pero me estoy adelantando.
Así comienza Tales of Arise
Aún no acabo Tales of Arise, por si no se habían dado cuenta. El juego promete ser un viaje bastante largo, como es usual en el género, así que a pesar de que ya debo haber jugado más de 8 horas, apenas acabo de salir de la fase de “introducción”.
En Tales of Arise eres un esclavo, conocido en un inicio solamente como “Máscara de Hierro”. Tu pueblo ha sido sometido por otra especie de humanos, los renanos (yo no les puse el nombre), durante 300 años. Tus opresores son capaces de utilizar magia, y además poseen tecnología mucho más avanzada que la tuya.
Máscara de Hierro ha perdido la memoria, por lo que no recuerda ni siquiera su nombre. Lo que sí recuerda es que es un alma noble y amable que busca liberar a su pueblo. Todo empieza a ocurrir muy rápido cuando “la resistencia”, que se presenta donde en la región donde tú vives, descarrila un tren, buscando robar su cargamento.
Lo que no saben es que este cargamento es una mujer, Shionne, quien no puede ser tocada. Cualquiera que toque su piel, o se acerque demasiado, sufre de un dolor insoportable, debido a su magia involuntaria. (uno de los misterios del juego).
Qué buena suerte, entonces, que tú no seas capaz de sentir dolor.
Aquí empieza una asociación algo compleja en la que ambos buscan la libertad de tu pueblo por razones distintas, y comienza tu aventura.
Las cosas se mueven rápido
A pesar de que, como la mayoría de los JRPGs, te quiere explicar mil cosas del mundo y los personajes a la vez, debo decir que Tales of Arise, hasta ahora, hace muy buen trabajo en balancear el gameplay con la narrativa.
Con esto me refiero a que a veces te deja pelear y caminar de una lado a otro sin que te interrumpa una cutscene o una conversación 🤣
Además, a las pocas horas, ya se siente como que hice algo importante y ya siento que sé bastante del mundo y los personajes. Estoy preparada para saber más de ellos.
Acción, combos y puntos de habilidad
Como este juego es un rpg de acción, espera un par de cosas: habilidades que debes aprender a través de un skill tree, y movimiento en tiempo real. Tus habilidades las activas con distintos botones que hayas escogido previamente, y debes hacer combos para hacer el daño máximo, romper guardias, y cargar tus habilidades especiales.
El combate, hasta ahora, es bastante sencillo. No lo llamaría button-mashing, pero tampoco parece tener demasiada estrategia. Excepto en el caso del timing, ya que es bastante importante evadir los ataques más fuertes en el momento preciso. Hasta el momento no he tenido dificultad con ello, ya que sólo debes controlar un personaje, y el juego se encarga de controlar el resto.
Si quieres más control, también puedes controlar cada personaje de manera manual, pero por ahora estoy dejando que el juego haga todo el trabajo pesado.
Diré que estoy intrigada
Los últimos dos JRPGS que jugué fueron Scarlet Nexus (también de Bandai Namco) y Neo: The World Ends With You (Square Enix). Especialmente este último, lo encontré tedioso y aburrido (disclaimer: no lo he acabado), así que Tales of Arise se está presentando como algo verdaderamente interesante para mí.
Me gusta la relación entre Máscara de Hierro y Shionne, ya que me parecen muy bobos y tiernos. Ella es muy tsundere, él noble pero no demasiado consciente de sí mismo. Es una dinámica un poco típica, pero con interacciones muy tiernas, hasta ahora.
El resto del cast, al que conozco solamente por el opening estilo anime por el momento, también pinta interesante. A mí parecer, en este tipo de JRPGs, los personajes y sus relaciones son lo más importante, así que estoy emocionada.
Esperen la reseña completa al terminar el juego
Como no se puede reseñar un juego de este tipo sin haberlo acabado, es probable que la reseña tarde un poco más. Sin embargo, haré mi mejor esfuerzo. No quiero rushearlo, y pinta un poco largo, la verdad.
Si tienen alguna duda específica del juego, no duden en escribirme en Twitter: @icep4ck.