The Outer Worlds es un videojuego de ciencia ficción, RPG, desarrollado por Obsidian Entertainment y publicado por Private Division. En él, creas a un personaje que puede ser tan listo o fuerte como tú quieras (entre otras variables), y que era parte de un grupo de científicos y “mentes brillantes” que iban rumbo a una colonia terrestre en otro planeta.
Sin embargo, todas esas personas con las que viajabas siguen congelados, y únicamente tú saliste del sueño criogénico. Es así que tu misión más importante será descongelarlos y con este objetivo en mente es cómo comienzas tu aventura.
El poder de tus decisiones
Obsidian no es ajeno a darte libertad de jugar cómo tú quieras y que, mediante tus decisiones, obtengas la experiencia de juego que tú quieras. Esto es así desde la creación de personaje.
Al iniciar el juego, puedes elegir entre muchos atributos (muy a la Fallout) que cambiarán cómo funciona tu personaje. No sólo en combate, sino en conversaciones, o con sus compañeros de party. Así, por ejemplo, puedes elegir ser muy bueno con armas con rango, o con armas melee, lo cual cambiará el tipo de armas que escoges usar y cómo peleas.
Por otro lado, hay opciones para ser persuasivo, intimidar a la gente o mentirles. Esto te servirá en diferentes momentos para poder solucionar un conflicto sin tener que luchar o para cumplir misiones que sólo serían demasiado difíciles sin tener esas opciones de diálogo. Todo este sistema funciona un poco como Fallout, pero con resultados muy satisfactorios.
Por ejemplo, en Monarch, hay dos bandos: hay un grupo pseudo-religioso llamado los Iconoclasts que está en contra de las empresas, representadas por otro grupo en el mismo planeta. Así, con opciones de diálogo, podrás ayudar a alguno de los dos grupos o lograr que tengan una conciliación amistosa. Se siente muy bien cuando logras el objetivo que quieres únicamente siendo un poco listo, y gracias a que tienes todos los puntos que necesitas en persuasión.
Más allá de tus puntos de atributos, también puedes elegir qué hacer en cada situación en la que te encuentres. Muchas de ellas no tendrán una resolución sencilla, y cuando finalmente logras terminar una u otra sección, éstas cambiarán un poco gracias a tus acciones. En el primer planeta, esto es muy notorio, ya que lo que elijas bien podría terminar con las vidas de decenas de personas, o no, y una vez que lo haces, obviamente esas personas a las que te chingaste no te van a ayudar y no van a querer darte más misiones.
Se siente increíble que tus acciones y decisiones tengan peso y que cambien a la sociedad.
Eat the rich
Esto no es fortuito. Si bien, el final y varias de las situaciones pueden tener resoluciones distintas gracias a lo que tú hagas, el videojuego tiene un mensaje claro anti-corporaciones. De hecho, es una corporación tu principal enemigo, y si bien, no todo es blanco y negro, y hay muchos matices en el juego, la corporación estará ahí de fondo.
Es como si Karl Marx se hubiera acostado con Ray Bradbury.
Y son muchos los elementos del juego, los cuales te lo recuerdan. Desde el jingle de Spacer’s Choice: It’s not the best choice, it’s spacer’s choice (que bien podría interpretarse como que aunque la gente que viva en el espacio no quiera tomar esta decisión, no tiene más opción porque la corporación lo domina todo) hasta interacciones con NPCs; como Hortense Ingalsbee, que cuando llegas a Byzntium (la ciudad más rica de las colonias) te dice tal cual que no deberían dejar entrar gente como tú, y que ella se ganó su lugar – HEREDÁNDOLO de su familia, el colmo.
Pero no todo es malo en el mundo de las corporaciones
Pues no. La gente a veces la pasa bien, entonces no todo es triste y deprimente. De hecho, el juego tiene un sentido del humor muy divertido, que hará que te dé risa lo exagerado del poder de las corporaciones y de la obsesión de la gente con las mismas (aunque la verdad, creo que podríamos pensar esto de por ejemplo la gente que ADORA a Apple o que se pelea cuando le dices que su corporación favorita no es la mejor).
Como dicen en Jurassic Park: Life finds a way. Entonces, aunque las colonias están al borde del colapso, la gente es gente, y puede llegar a tener vidas más o menos buenas (lo que es bueno para nosotros, porque entonces hay sidequests más felices). Por ejemplo, hay una sidequest muy tierna en la que debes ayudar a uno de tus companions a tener la mejor cita.
El combate de The Outer Worlds
En realidad, el combate de The Outer Worlds no es la mejor parte de The Outer Worlds, pero tampoco es mala. Cumple. Si bien sí hay variedad de armas, tanto melee, como con rango, muchas son muuuy parecidas entre ellas.
Lo que sí es que hay unas armas increíbles (que tienes que buscar muy bien) que tienen efectos súper raros. Por ejemplo, hay un arma que encoge a los enemigos y otra que los hace atacarse entre sí. Se llaman science weapons y están en un sidequest en tu log, pero no obtendrás muchas pistas de qué hacer para conseguirlas.
Algo que hace del combate más interesante es que tienes un poder para hacer que el tiempo vaya más lento, por lo que si traes una buena arma puedes matar a un enemigo alentando sus movimientos antes de que avise a los demás que estás ahí. Esta habilidad dura más conforme más subes de nivel, y hay perks que le dan más duración también.
Por otro lado, tus companions participan del combate y cada uno tiene una habilidad especial (como un ulti) que puedes usar en cualquier momento, pero que tiene un tiempo de enfiramiento. Estos ataques son muy útiles para vencer a los bosses, o simplemente para deshacerte de enemigos menores rápidamente. Ah y tienen una bonita cutscene cuando se activan.
Cómo se ve
Algo que me gusta mucho de Outer Worlds es su look. En realidad no es que tenga los mejores gráficos del mundo, pero el diseño tiene mucha intencionalidad. Se nota que querían verse como un libro clásico de ciencia ficción, por ejemplo en cuadros como éstos:
Al final
Outer Worlds es un título que no pueden dejar pasar. De verdad, vayan a jugarlo ahora. Lo mejor es que si tienen un Xbox está disponible en Game Pass.